despuÉs de la fermentaciÓn sÓlo queda el pozo

paramo galerÍa, Guadalajara, Jalisco, MÉxico

Bayrol Jiménez: Después de la fermentación sólo queda el pozo
Agosto 29, 2019 | Octubre 11, 2019

Páramo presenta el programa de exposiciones con curaduría y selección de Daniel Guzmán titulado Impasse. Un programa diseñado con la finalidad de activar y fortalecer la relación con la escena local a través de una selección de artistas, nacionales e internacionales, que de alguna u otra forma desarrollan su trabajo en México.

“Con las exposiciones Después de la fermentación sólo queda el pozo de Bayrol Jiménez y OVERDRESSED de Edgar Cobián, Páramo activa sus proyectos en la ciudad, siendo estas muestras el inicio de una serie de proyectos que he seleccionado bajo el nombre de Impasse para presentarse en la galería durante el programa 2019 y 2020. 

Es necesario, como he remarcado en otros momentos, que la ciudad de Guadalajara cuente con un espacio para exhibir arte contemporáneo local, nacional e internacional, con propuestas interesantes y propositivas, para ofrecer un espacio profesional, abierto al diálogo, con distintos creadores de la escena local, y con artistas que ya forman parte del programa de la galería”.

—Daniel Guzmán, Guadalajara, Jalisco, agosto de 2019.

Después de la fermentación solo queda el pozo, de Bayrol Jiménez, es la primer exposición del artista en la galería, y una de las dos primeras muestras del programa 2019-2020. La exposición muestra la exploración del artista ante la capacidad creadora a partir de la memoria hacia la transformación del objeto en el dibujo, la pintura o la instalación.

»Crear a través de la cancelación, emborronar los errores y trabajar en los callejones sin salida. Regresar, dar marcha atrás, recortar y reciclar. Crear un gran collage a partir de los fantasmas de la memoria y del plano físico que es la experiencia: gestos, simulacros, arrepentimientos. 

Existe un texto de John Berger sobre el dibujo que dice: “dibujar de memoria es ahondar profundamente en su propio contenido de observaciones pasadas”. Fue esta la base desde donde Bayrol comenzó a concebir su cuerpo de trabajo. Ideas sobre cómo funcionan las cosas en un espacio ciego (algo como el espacio en un papel antes de dibujar, o la hoja blanca esperando una palabra), o si uno evita un tema, se comienza eligiendo esos puntos extraños que vemos cuando cerramos los ojos.

 A partir de la idea del sueño y la memoria de Henri Bergson, como una especie de collage de cosas que observamos, todos los trabajos se convirtieron en su propia materia de reciclaje.

El resultado, como explica Jiménez, es que todos los trabajos comenzaron a hablar entre sí, sin importar el momento en que se hicieron o la técnica que se utilizó. Las obras simplemente se mezclaron, por lo que cortó varias de ellas logrando distintos collages. Al final, el resultado fueron distintas composiciones que jugaron junto con los formatos entre colores y espacios vacíos, creando así una composición única y compleja.